La policía de Caldas trabajó durante ocho meses y logró arrestar a ocho personas acusadas de extorsionar a los habitantes de Viterbo para poder trabajar sin problemas.
Estas personas, lideradas por el jefe al que llamaban «El Divino,» asustaban a la comunidad exigiendo dinero regularmente, incluyendo a ganaderos y comerciantes. Este sujeto era la mano derecha de alias «Cepillo», encargado de manejar las finanzas del grupo delincuencial «La Cordillera».
El grupo tenía conexiones con otros criminales en Pereira, y también actividades ilegales en Chile. Por suerte, la policía acabó con este grupo que causaba mucho daño en la población.
Después de ser arrestados, algunos de los acusados fueron enviados a la cárcel y otros quedaron en arresto domiciliario. La mayoría ya tenía problemas con la ley por otros crímenes como drogas y robos, demostrando que eran muy peligrosos.