
La curiosa situación se presentó durante un torneo juvenil de fútbol en Paraguay cuando un futbolista requirió atención médica ambulatoria tras un golpe recibido por parte de otro jugador.
Como suele pasar en estos casos, una ambulancia ingresó a la cancha para asistir al futbolista lesionado pero el conductor, en su afán por atender al deportista, cerró la puerta de la ambulancia con las llaves del vehículo dentro del mismo.
Por esa razón el encuentro entre los equipos 6 de enero y Barrio Guaraní tuvo que ser suspendido durante varios minutos mientras se solucionaba el problema.
Mientras tanto el jugador seguía en el césped con evidentes gestos de dolor, pero tuvo que ser trasladado al banco de su equipo ante la imposibilidad de poder ingresar a la ambulancia.
Se desconoce si se tuvo que llamar a un cerrajero para abrir la ambulancia o si se realizó otra acción para mover el vehículo.